
Cuando se confirmó la llegada de Paul McCartney al Perú, lima dejó de ser una ciudad sencilla. Dejó automáticamente la clandestinidad para los astros para así convertirse en una plaza roquera. El ex beatle incluyó en su lista de destinos un país lleno de ilusiones como decepciones. Pero esto no es gratis: Si va a venir un dios, hay que preparar el ritual apropiado.
El sitio indicado para recibir al ídolo no podía ser nada menos que el Estadio Monumental. No solo es el recinto más grande que tiene nuestro país, sino que es uno de los estadios más modernos de Sudamérica. ¿Qué más se podría esperar? Los Beatles son recordados por ser la primera banda en tocar en estadios, a raíz de la gran cantidad de gente que llevaban a sus shows. Las primeras veces, la gente se quejaba de que no se les escuchaba a raíz de los gritos de los miles de asistentes.
Paul ha pedido solo música vegetariana y agua Fiji, y es que además de ser uno de los mejores músicos de la Tierra, McCartney a desarrollado una carrera pictórica y una fuerte tarea como activista a favor de los derechos de los animales, del vegetarianismo y de la condonación de la deuda al Tercer Mundo, en contra las minas anti persona y de la caza de focas, y es impulsor de numerosas iniciativas benéficas en favor de la educación musical como el instituto LIPA.
Se espera un lleno total, un lleno de estadio. Qué más se podría esperar de el músico y compositor más exitoso en la historia de la música popular, con ventas de 100 millones de sencillos y 60 discos de oro. El dinero se consigue. Los dioses no.
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